MÁS QUE UNA ROSA
No sé si fui en alguna ocasión
más que una rosa para ti;
tal vez sí o tal vez no,
no puedo más, dímelo.
Cada día que pasa
me marchito de tanta angustia.
Mis hojas, que en rededor del tallo
dibujaban una escalera de caracol,
no dejan de caerse precipitadamente
porque tú no estás, mi amor.
Antes, las yemas de tus dedos
acariciaban mi cuerpo,
pero las espinas que tengo
debieron asustarte,
dejaste que me cayera lento
y nada de esto evitaste.
El corazón de mi flor
se está haciendo pedazos,
pronto sólo quedarán recuerdos,
de que me tuviste en tus manos.
Te enamoraste de mis pétalos
que formaban mi exuberante corola,
separaste todos mis sépalos,
y bebiste de mi cáliz
traicionando mi honra.
Acabaste con mi honor,
¿por qué me usaste?
desgastaste "todo mi yo",
para luego así...
¿tirarme?
Esta rosa desconsolada
murió entre tus afiladas garras,
no supiste como quererme
nunca me valoraste nada;
ahora tan sólo queda de mí
esta pobre flor que se marchita,
porque a pesar de todo,
extraño hasta tu sonrisa...
Fátima Rojo
No hay comentarios:
Publicar un comentario